Oración y Evangelio 20240904
Jesús le contestó: — Las Escrituras dicen: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra pronunciada por Dios.
MATEO 4:4
La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron,
querían retenerlo para que no se alejara de ellos.
Pero él les dijo:
"También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado".
Empezaba su ministerio, y como sus Palabras y sus acciones alcanzaban directamente a los más pequeños y necesitados, la reacción de muchos no se hizo esperar, trayéndole todo tipo de enfermos, físicos y anímicos.
El pasaje deja en claro que su atención era personalizada, pues “a cada uno” lo atendía con su oración, su contacto y su cariño.
Decía un hombre de Dios, que “cuando más cosas tengo que hacer, más tiempo tomo para orar”. Jesús ya practicaba intimidad de oración con su Padre, y por lo visto era en horas de la madrugada, antes de empezar el día. (tomado en cuenta que el día anterior atendió personalmente a una gran cantidad de enfermos, el cumplir con su cita de oración era algo más que un requisito, era una necesidad)
Siempre se corre el riesgo de perder a Dios por Dios, y en el hacer (que puede ser muy importante) perder el Ser (que es lo más importante).
El final es simplemente sintomático, el haber encontrado y descubierto a Jesús, los hacía querer retenerlo y de paso acapararlo. Otro riesgo que queda a la vista es el de querer hacer de Dios un apartado postal o un club privado para pocos, siendo que la prueba de haberlo encontrado es la de compartirlo y dárselo a conocer a los más que se pueda.
Pidamos al Espíritu Santo nos ayude a permanecer fieles en la oración de cada día, de cada momento a solas con El Padre. Y que eso, además de fortalecernos para poder seguir un día a la vez, también nos ayude a tener clara nuestra Visión y nuestra Misión, para la que hemos sido enviados.
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