Oración y Evangelio 20240521

Jesús se dirigió de nuevo a los judíos y les dijo: — Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
JUAN 8:12 

EvDH:”Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: 
"Mujer, aquí tienes a tu hijo".
Luego dijo al discípulo: "Aquí tienes a tu Madre". 
Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.”
Es el momento de La Cruz, es el momento en el que nos mostró cuánto nos ama, es el momento de dar la cara al Padre por nosotros, y lograr nuestra salvación.
Y es en ese momento donde, aún con todo lo que vivía física y espiritualmente, que deja las cosas en orden para Su Madre.
Son solo dos frases breves pero llenas de Misión, de Testamento espiritual, de Amor y Autoridad.
Recordemos que la Palabra MUJER es un título en la boca de Jesús. 
Y recordándole ese título le indica a María que Juan (que nos representa a todos) es ahora su hijo, que lo ame y lo cuide, como lo hizo con Él.
Al final, no es un discípulo más, es, según el mismo Juan, que no tiene empacho en escribirlo, es el Discípulo a quien Jesús amaba. (los amaba a todos, pero el que lo sabe y lo presume es Juan, el discípulo amado). Y a él le dice “Aquí tienes a tu Madre”.  
Y el pasaje termina con una frase que completa la historia: “el discípulo la recibió en su casa”. 
Juan, en sus escritos la nombra poco, (para haber convivido con Ella), pero se puede notar que la recibió en su casa y que la tuvo a su lado, porque el tema mayor de Juan en sus letras es El Amor. Y él recibió en su casa a la Mamá del Amor.

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