Oración y Evangelio 20230215

Sondéame, oh Dios, conoce mi corazón, pruébame, penetra mis pensamientos; mira si me conduzco mal y guíame por el camino eterno.
SALMOS 139:23-24

EvDH:”Jesús tomó al ciego de la mano y lo condujo a las afueras del pueblo. Después de ponerle saliva en los ojos e imponerle las manos, le preguntó: "¿Ves algo?".
El ciego, que comenzaba a ver, le respondió: "Veo hombres, como si fueran árboles que caminan".
Jesús le puso nuevamente las manos sobre los ojos, y el hombre recuperó la vista. Así quedó curado y veía todo con claridad.
Jesús lo mandó a su casa, diciéndole: "Ni siquiera entres en el pueblo".
En este milagro en particular, se puede leer el contacto físico de Jesús con el ciego. 
Lo lleva de la mano, lo guía y lo conduce. ¡Le pone saliva en los ojos! Y además, le impone las manos. De hecho lo hace dos veces hasta que logra ver con claridad.
Llama la atención que el milagro no fue instantáneo. 
Había un proceso que pasar, al punto que el mismo Jesús le pregunta en su momento si logra ver algo.
El contacto fue total y cercano. No lo dejemos solo en pensar en el privilegio que vivió este hombre no vidente. Acerquémoslo al hecho de que cada vez que oramos, que estamos con Él, eso mismo pasa con todo nuestro ser.
Pidamos hoy al Espíritu Santo poder respetar nuestro propio proceso de recuperación y curación de cosas internas y externas. Que vayamos día a día en la confianza de que llegaremos a ver todo y con claridad.
Humildemente también le pedimos que al igual que Jesús podamos no solo ser de ayuda para muchos, sino que La Cercanía de Jesús actúe a través de nosotros también. En gestos, miradas, en tender la mano, en acompañar, en Ser Jesús para los demás. Que Él nos ayude.

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