Oración y Evangelio 20230219
Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores;
así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos?
Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?
Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.”
En el contexto del pasaje queda claro que es mejor dar a que nos quiten.
El amar que Jesús aquí propone es un amar consciente y astuto.
Un amar en el que no perdemos nuestra dignidad, sino que por el contrario, la protegemos, y la activamos para protegernos.
El llamado a la perfección que se nos hace, se basa, curiosamente, en el conocer nuestras imperfecciones y flaquezas, y desde ahí, con la asistencia del Cielo, vivir nuestra fe.
Pidamos al Espíritu Santo que nos llene de la visión y el Amor de perfección del Padre, que eso guíe nuestras vidas. Recuerda que todo exceso de equipaje se paga.
Como ejercicio espiritual, pidamos también al Espíritu Santo nos ponga en la mente y en el corazón a esa persona que, por la razón que sea, ha pasado a ser nuestro “enemigo”. Y en el silencio de tu oración ruega por él o por ella. Déjalo libre de tu juicio pero no de tu intercesión. Que El Ayudador del Cielo nos enseñe a dejarlos en las manos del Padre.
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