Oración y Evangelio 20230901
Por lo que a mi vida respecta, en nada la aprecio. Sólo aspiro a terminar mi carrera y a culminar la tarea que me encomendó Jesús, el Señor: proclamar la buena noticia de que Dios nos ha dispensado su favor.
HECHOS 20:24
Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes.
Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite,
mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos.
Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas.”
No se puede esperar a medias, pues lo que se espera tampoco va a llegar a medias.
Cuando el familiar que vive lejos, o estudia en otra ciudad, vuelve a su casa, los preparativos no se dejan para otro momento. Reunir a la familia, preparar la comida favorita, arreglar su habitación, etc
El pasaje deja claro que la espera es real, dice “se hace esperar”, y es en ese lapso de tiempo que se tiene o pierde la fe.
Pidamos al Espíritu Santo nos dé el Don de la Espera, que nos enseñe a esperar como lo pide el Cielo, haciendo, viviendo, amando y sirviendo. Que Él sea nuestro Maestro y que llene nuestras lámparas para cuando llegue el Novio.
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