Oración y Evangelio 20220905

¡Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso! ¡Pongan mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy sencillo y humilde de corazón! Así encontrarán descanso para su espíritu,

MATEO 11:28-29

EvDH:”Otro sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada.

Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo.

Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: "Levántate y quédate de pie delante de todos". Él se levantó y permaneció de pie.

Luego les dijo: "Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?".

Que no haya duda que lo hizo con sana provocación. Además de ser el día de estar en la Sinagoga, era más que lógico que algún enfermo estuviera en el lugar, y Él… justo pasaba por ahí.

Su pregunta sobre si está permitido sanar más allá de la regla, más allá del “aquí no, y hoy no”, traspasa generaciones enteras.

La enseñanza de fondo permanece hasta hoy. Cierto es que el Sábado era muy importante, ese no es el tema. Lo que se impone es que Jesús es el Señor del Sábado y Su Misericordia no está, ni limitada, ni condicionada por ningún precepto o reglamento. Si la camisa de fuerza de cumplir no permite, aún con su silencio, hacer el bien o sanar a quien lo necesite, se perdió el rumbo de todo.

No se permitía “trabajar” en Sábado, pero Jesús ni a eso llegó. Solo habló y este hombre se sano de su mano. 

Pidamos confiadamente al Espíritu Santo que nos ayude y nos guíe cuando tramposamente se nos quiera obligar a esta encrucijada tan lejana a Su Misericordia.