Oración y Evangelio 20220904
Sirvan al Señor con alegría, acudan con gozo a su presencia.
SALMOS 100:2
EvDH:”Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo:
"Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo.
El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.”
Lucas recalca que era un gentío el que lo acompañaba, razones varias, desde búsqueda sincera, hasta curiosidad morbosa.
Jesús igual levanta el filtro sin preocuparse de perder “likes” o “me gusta” con sus palabras.
Su exigencia de seguimiento, no solo es de peso, además, en el contexto de la época, iba contra la ley misma.
En unos pasajes dice odiar a los tuyos, en este dice amarlo más a Él que a la familia y a nuestra propia vida. Como no había tiempo de explicaciones, el dato era en frío y repelente inmediato de simples simpatizantes.
El imperio romano obligaba en la mayoría de los casos a que los condenados a morir en la cruz, la cargaran a través de la ciudad, lo que hacía una declaración evidente de la supremacía de los romanos y la culpa del condenado.
La invitación a cargar la cruz se da en ese tiempo y contexto, por lo que es reconocer la superioridad de Jesús y la determinación de los discípulos de seguirlo más allá del amar sus propias vidas.
Pidamos confiadamente al Espíritu Santo que nos ayude a poder discípulos de Jesús. Que nos ayude y enseñe a cargar con todo amor nuestra cruz, recordando que la Cruz, una vez que Jesús murió en ella, es el mayor signo de amor posible en la historia de la humanidad.
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