Oración y Evangelio 20231130

Felices los que guardan sus mandatos y los buscan con todo el corazón,
SALMOS 119:2 


EvDH:”Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó. Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.”
Se suman muchos colores y factores en este pequeño pero pesado pasaje.
Jesús LOS VE, no es un alta voz de escuela, ni un mensaje de texto impersonal, es directo, es a los ojos, es Su Voz. 
Y viéndolos LOS LLAMA.
Ya Su Voz era cosa demás, pero si a ese tono de voz le agregamos nuestros nombres, y que su llamado sea personal, esa mezcla es una explosión de alegría en el corazón. 
Pues sabiendo Quien nos llama empezamos a descubrir nuestra misión.
En diferentes contextos, sea escritos o películas, se ha querido suponer (sin que sea problema hacerlo) que Zebedeo y sus hijos eran una familia de Dios, en búsqueda de Dios. 
Y si la respuesta de Juan y Santiago es impresionante, la “reacción” de Zebedeo termina de colorearla:
No hay queja, no hay reclamo, no hay escándalo. Se puede incluso pensar, que la “no reacción” de Zebedo sea de alegría al ver a sus hijos decidir seguir a Jesús, así como de tristeza lógica, por verlos partir y dejar el “negocio” de la familia en segundo término.
Hoy esa Voz que nos ve y nos llama permanece firme y clara, pidamos entonces al Espíritu Santo nos ayude a responder hoy y siempre, más allá de circunstancias, con un sí y con acciones que lo corroboren en nuestras vidas.
Pidamos también nos dé el Gozo de la Salvación y la total alegría de sabernos llamados por el Amor para amar.

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