Oración y Evangelio 20231113
Instrúyeme en tu verdad; enséñame, porque tú eres el Dios que me salva, en ti pongo mi esperanza cada día.
SALMOS 25:5
Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños.
Por lo tanto, ¡tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo.”
No lo leemos esto para la gente del patio de la otra acera.
Es una clara y contundente advertencia de Jesús para nosotros, y para siempre.
De haber sido negocio el vender piedras de moler para colgársela al cuello, como Iglesia, las hubiéramos comprado al por mayor, y aún así no surtir completamente.
Si no estamos al día, si no estamos claros de lo que nos puede pasar si abandonamos la Gracia, y nos auto-engañamos con excusas llenas de falsa piedad y mentiras. Podemos ser parte de la lista tristemente larga de escándalos en la Iglesia y, como ha sido, hacer daño a muchos pequeños e inocentes.
Los sínodos que comenzaron con el Papa Pablo VI, hasta hoy tienen esa misión: oírnos, atrevernos a escuchar, y por lo tanto, no dejar pasar y atrevernos a hablar a tiempo, antes de que sea tarde.
Que no quede por nosotros el decir y el escuchar, pues el pasaje asegura que puede haber arrepentimiento real, que reconoce, que pide ayuda y muchas veces una curación.
Que El Espíritu Santo nos ayude en este tema tan peligroso y real para cada uno de nosotros y para la Iglesia.
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