Oración y Evangelio 20221227
Y es que el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad.
2 CORINTIOS 3:17
EvDH:”Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro.
Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes.
Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró.
Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo,
y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte.
Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó.”
El joven Apóstol Juan, en este pasaje, habla de sí mismo, y deja claro que en cuanto vio el lugar y todo lo había quedado ahí, también creyó.
No dice que haya visto a Jesús, habla del sepulcro, vacío y que con eso, creyó. (El fue el único discípulo de los doce que lo vio morir.)
Hoy de fondo está la invitación del joven Juan para todos los jóvenes de la Iglesia, no son pocas las veces que tendrán que esperar a que la Iglesia llegue, que los hombres al frente del rebaño finalmente lleguen donde ustedes han llegado un poco más rápido que ellos.
Sin embargo: El testimonio de nuestro Pastor allá en el Vaticano, (El Pedro de hoy) no es menor:
es un hombre que apenas puede caminar, sea con bastón, o en silla de ruedas, y con la fuerza del Espíritu Santo nos tiene corriendo a todos. Es un hombre que tiene problemas en un pulmón y no obstante, ha abierto el oxígeno celestial para que la Iglesia pueda respirar mejor.
Pidamos al Espíritu Santo por la iglesia, especialmente por los jóvenes para que sepan guardar la esperanza más allá de las apariencias, y los tiempos.
No en vano dice la canción ranchera mexicana, “que no hay que llegar primero, pero hay que saber llegar”
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