Oración y Evangelio 20221219
El pueblo que a oscuras caminaba vio surgir una luz deslumbradora; habitaban un país tenebroso y una luz brillante los cubrió.
ISAÍAS 9:1
El será para ti un motivo de gozo y de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento, porque será grande a los ojos del Señor…
Pero Zacarías dijo al Angel: "¿Cómo puedo estar seguro de esto? Porque yo soy anciano y mi esposa es de edad avanzada".
El Angel le respondió: "Yo soy Gabriel , el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia.”
El pasaje es inagotable, y si se compara con la respuesta de María, da para ver y aprender de contrastes totales.
Hoy nos quedamos con que Gabriel le dice a Zacarías que su súplica (es un tipo de oración intensa y profunda) había sido escuchada. Ya le preguntaremos en el Cielo ¿cuánto tiempo llevaba junto con Isabel orando por el don de ser padres?
Con los años, la súplica de Zacarías habría perdido fuerza por el contexto de la edad de ambos, cosa que se puede entender.
Pero nuestras oraciones mantienen vigencia no por nosotros, sino por Aquel a quién se las hacemos y pedimos.
Zacarías reduce todo a su punto de vista, a su ya no poder, a sus pocas fuerzas.
Pidamos al Espíritu Santo que nos enseñe a pedir, que dimensionemos nuestra oración a su grandeza, y no a nuestra pequeñez.
Que nos dé el Don que aquí anuncia el Ángel de alegrarnos. Que por encima de seguridades, nos dé el don de la certeza para mantener nuestra fe.
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