Oración y Evangelio 20230606
El primer mandamiento que lleva consigo una promesa es precisamente este: Honra a tu padre y a tu madre, a fin de que seas feliz y vivas largos años sobre la tierra.
EFESIOS 6:2-3
EvDH:”¿Está permitido pagar el impuesto al César o no?
¿Debemos pagarla o no?".
Pero él, conociendo su hipocresía, les dijo:
"¿Por qué me tienden una trampa? Muéstrenme un denario".
Cuando se lo mostraron, preguntó:
"¿De quién es esta figura y esta inscripción?". Respondieron: "Del César".
Entonces Jesús les dijo:
"Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios".
Y ellos quedaron sorprendidos por la respuesta.”
Dios no pide mucho, ¡pide todo!.
Y más allá de un impuesto, es ofrenda, es generosidad, es complicidad.
Dios es Amor, y el dar y pedir que conlleva nuestra relación con Él, se cobija bajo esa cobertura, la del Amor.
Con el César es otra historia.
En aquellos tiempos y por mucho tiempo, (aún hoy en algunas latitudes se da) el impuesto era resultado de la conquista, se daba para no ser exterminados o reducidos a esclavitud. Era un impuesto sin vuelta de inversión.
Hoy, en algunas partes, se puede hablar de reclamar a César lo que haga con nuestros impuestos. Se exigen resultados, y transparencias de algo que administra y no le pertenece.
A Dios le damos nuestra vida, sabiendo en qué Manos queda.
Y a César, junto con el impuesto, nuestro derecho de reclamar resultados, aclararle que su puesto es de servicio, y es temporal; nos toca recordarle de paso que es solo es César, y no Dios.
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