Oración y Evangelio 20220606
Pedro les contestó: — Conviértanse y que cada uno de ustedes se bautice en el nombre de Jesucristo, a fin de obtener el perdón de sus pecados. Entonces recibirán, como don de Dios, el Espíritu Santo.
HECHOS 2:38
EvDH:"Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua."
Desde el lado científico,
este dato reafirma la muerte de Jesús, al punto que su pericardio estaba lleno de sangre y suero (agua a primera vista).
Desde la Fe,
agua y sangre nos justifican y nos santifican.
Hoy nos queda claro que Jesús dio todo Su Corazón por nosotros, y que hasta hoy aquella Agua y aquella Sangre nos siguen bendiciendo y protegiendo.
Lo recordamos, lo hacemos memorial en cada Eucaristía y lo agradecemos en cada hecho y momento de nuestra vida.
Pidamos al Espíritu Santo nos ayude a vivir y a compartir La Misericordia de Dios, que la anunciemos y la volvamos hechos y obras en nuestro llamado a seguirlo.
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