Oración y Evangelio 20220422

Pero fue herido por nuestras faltas, triturado por nuestros pecados; aguantó el castigo que nos salva, con sus heridas fuimos curados.
ISAÍAS 53:5 
EvDH:”El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: “¡Es el Señor!”. Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua.
Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla.
Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan”.
Se usa mucho en estos tiempos el término de “nueva normalidad”, en el caso de Jesús Resucitado, para los discípulos, no era cosa menor, por más normal que se viera. Comer con Él, convivir con Él, caminar junto a Él. 
Algo no menor había acontecido, su Maestro había vencido a la muerte y eso se creía o de desechaba, pero no había forma de ignorarlo.
Pidamos al Espíritu Santo el Don de que, en nuestro día a día, en nuestro diario vivir, podamos tener la certeza de que siempre nos acompaña y que vamos hacia Él, con y hacia Jesús Resucitado.

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