No pierdas las esperanzas
Todos los días, levántate con el corazón confiado de saldrás adelante y triunfarás en tus propósitos. Ten fe en lo que Dios hará y recibirás las bendiciones prometidas.
No te quedes pegado en ese pasado doloroso, Dios actuará pronto, así que no desmayes. Recobra el ánimo y no olvides que Dios siempre te acompaña.
Lucha con todas tus fuerzas y con las fuerzas de Dios, ruégale, pídele, clámale, implórale, pero no te quedes inmóvil esperando a ver si todo pasa.
Vamos, sonríe porque con Dios te esperan cosas hermosas, días maravillosos, sueños que realizar y nuevas bendiciones por descubrir.
Deja que Dios sea ese sol que ilumina tu vida y que con sus destellos te dé nuevas esperanzas que no se apaguen jamás. Amén.
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