Dios te impulsará y te dará la victoria que mereces.
La calidad de tu fe se prueba en el tamaño de tu problema. Si confías en Dios, si te abandonas en Él y te escudas en su Corazón, tu llanto se convertirá en alegría y lo imposible se hará realidad.
La fe que resiste la prueba es mucho más valiosa que el oro, más preciosa que todos los diamantes. Aleja todo sentimiento negativo de tu interior y clama a Dios por tus bendiciones.
El poder de Dios está dentro de ti, recorre cada una de tus fibras y es más fuerte que toda tu tristeza reunida, toda angustia o depresión. Él puede levantarte si tú se lo permites.
¡Ánimo, sé valiente! Continua tu lucha porque más temprano que tarde, Dios te impulsará y te dará la victoria que mereces. Que todo lo bueno te descienda sobre ti y se quede contigo.
Recuerda estas palabras y grábalas en tu corazón: "Si Dios está contigo ¿quién estará contra ti?" (Rom 8,31) Ánimo, las pruebas más difíciles son las que provocan las bendiciones más grandes.
"Yo te amo, Señor, mi fuerza, Señor, mi Roca, mi fortaleza y mi libertador, mi Dios, el peñasco en que me refugio, mi escudo, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoqué al Señor, que es digno de alabanza y quedé a salvo de mis enemigos". (Salmo 18,2-4)
Amén.
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