Como detener un hábito pecaminoso
Has sentido alguna vez la impotencia de detener un hábito pecaminoso?
Pudiera ser algo como la adicción a la pornografía, exceso de bebidas embriagantes, o algo más sutil como el chisme…
Cualquiera que sea ese consentimiento al pecado que no has podido romper, aquí te presento un poderoso remedio que puede ser un “cambio de jugada” para ti.
Después de que el peregrino descubre el poder de la oración de Jesús, continúa su recorrido a través del país de Rusia. Desafortunadamente, se enfrenta a un par de criminales que le roban las pocas posesiones que traía.
Después de dos días de viaje, el peregrino se encuentra con una caravana de prisioneros. Ocurre que estos hombres fueron arrestados y los oficiales que conducían la caravana tenían todo lo que le habían robado al peregrino y se lo regresan.
Mientras estaba sentado con uno de los oficiales, el peregrino escuchó su historia de conversión y de qué manera había combatido su adicción al alcohol. El oficial relató la siguiente historia:
"Un día estaba en el cuartel, sentado, y pensando muy profundamente. En eso llegó un monje y me pidió ofrendas para la iglesia… y dijo: “mi hermano estaba una vez en tu misma condición y te diré cómo fue su sanación. Su padre espiritual le dio una copia de los evangelios y le insistió fuertemente que leyera un capítulo de manera que perdiera el deseo de beber alcohol. Si el deseo de beber no lo dejaba después de leer un capítulo, entonces que leyera otro, y si era necesario, otro y otro. Mi hermano llevó a cabo este método y después de algún tiempo perdió todo el deseo de beber alcohol” (Pág. 30)
"Un día estaba en el cuartel, sentado, y pensando muy profundamente. En eso llegó un monje y me pidió ofrendas para la iglesia… y dijo: “mi hermano estaba una vez en tu misma condición y te diré cómo fue su sanación. Su padre espiritual le dio una copia de los evangelios y le insistió fuertemente que leyera un capítulo de manera que perdiera el deseo de beber alcohol. Si el deseo de beber no lo dejaba después de leer un capítulo, entonces que leyera otro, y si era necesario, otro y otro. Mi hermano llevó a cabo este método y después de algún tiempo perdió todo el deseo de beber alcohol” (Pág. 30)
El oficial hizo lo que se le dijo y cada vez que llegaba la tentación de beber, leía los evangelios.
Una noche fue severamente tentado y se quedó leyendo hasta muy tarde. Leyó hasta que pasó la hora del toque de queda, lo que significaba que ya no podría salir del cuartel para conseguir una bebida. Esto se prolongó durante bastante tiempo hasta que finalmente perdió todo el deseo de beber alcohol; pero siguió leyendo el Evangelio todos los días.
Una noche fue severamente tentado y se quedó leyendo hasta muy tarde. Leyó hasta que pasó la hora del toque de queda, lo que significaba que ya no podría salir del cuartel para conseguir una bebida. Esto se prolongó durante bastante tiempo hasta que finalmente perdió todo el deseo de beber alcohol; pero siguió leyendo el Evangelio todos los días.
¿Por qué esta técnica de lucha contra la tentación?
Para ser honesto, no hay ninguna investigación científica consistente para validar la seguridad de este método de lucha contra la tentación, y probablemente nunca la habrá.
Esta técnica se centra en el tratamiento de las causas espirituales de la tentación: Satanás y su actividad demoníaca.
Este método se trata de desenvainar la “espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios” Efesios 6,17.
Los evangelios tienen tanto poder para combatir el mal precisamente porque Dios está presente en su
Los evangelios tienen tanto poder para combatir el mal precisamente porque Dios está presente en su
Palabra. Leemos en la Carta a los Hebreos:
"La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos". (Hebreos 4,12)
"La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos". (Hebreos 4,12)
El oficial se puso a explicarle esta dimensión espiritual:
“Un hombre santo dice que “Incluso cuando usted no entiende la Palabra de Dios, los demonios sí lo hacen, y tiemblan”. Y la pasión por la bebida es sin duda trabajo de ellos. Y San Juan Crisóstomo al hablar sobre el poder de la Palabra de Dios dice que la misma sala donde se guarda el Evangelio, tiene el poder de alejar los espíritus de la oscuridad y frustrar sus intrigas” (Pág. 31)
Incluso Jesús cuando se enfrentó a la tentación en el desierto, optó por luchar contra el diablo con citas de la escritura.
“Un hombre santo dice que “Incluso cuando usted no entiende la Palabra de Dios, los demonios sí lo hacen, y tiemblan”. Y la pasión por la bebida es sin duda trabajo de ellos. Y San Juan Crisóstomo al hablar sobre el poder de la Palabra de Dios dice que la misma sala donde se guarda el Evangelio, tiene el poder de alejar los espíritus de la oscuridad y frustrar sus intrigas” (Pág. 31)
Incluso Jesús cuando se enfrentó a la tentación en el desierto, optó por luchar contra el diablo con citas de la escritura.
¡Inténtalo!
Si te encuentras atrapado en un pecado en particular, trata de llevar contigo un pequeño libro de los Evangelios y empieza a leerlo cuando empieces a sentir una atracción hacia esa dirección pecaminosa.
No te detengas hasta que la tentación se desplome. Esto puede ocurrir en 10 a 15 minutos, ¡o podrían ser dos horas! Lo que sea necesario, no dejes de leer los Evangelios.
La Palabra de Dios ciertamente no tiene efectos secundarios nocivos y al hacerlo, se le invita a Jesús a unirse a la lucha contra Satanás. Recuerda,
La Palabra de Dios ciertamente no tiene efectos secundarios nocivos y al hacerlo, se le invita a Jesús a unirse a la lucha contra Satanás. Recuerda,
“Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? (Romanos 8, 31)
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